Llevar a cabo un correcto mantenimiento de una estructura metálica es fundamental para alargar su vida útil y prevenir fallas o daños. A pesar de que las estructuras metálicas ofrecen gran resistencia y flexibilidad, razón por la que se utilizan tanto en obra civil, también son propensas a sufrir desgates debido a condiciones externas o usos y esfuerzos no debidos, algo que puede derivar en la manifestación de patologías que pueden afectar a su durabilidad.

Mantenimiento de la estructura metálica.

Lo más importante para garantizar la correcta conservación de una estructura metálica es llevar a cabo un buen mantenimiento:

 

Nunca realizar trabajos de soldadura o añadir elementos adicionales que puedan mermar la resistencia o modificar el estado de las cargas.

Prevenir fugas que puedan ocasionar oxidaciones en las superficies.

Mantener siempre limpias las estructuras para favorecer su durabilidad.

No exceder las cargas proyectadas para la estructura. En la documentación técnica es donde figuran los cálculos de cargas de soportes y vigas.

En caso de detectar la presencia de fisuras, contactar con profesionales especializados en patologías estructurales.

Por lo tanto, el mantenimiento de una estructura metálica es fundamental para alargar lo máximo posible su vida útil y evitar que aparezcan daños o fallas que puedan degradar su capacidad portante. Lo ideal es llevar a cabo un programa de inspecciones periódicas que tenga bien definidos los principales puntos de control y, en caso de que fuera necesario, se desarrollarían planes de acción correctivos.